Las medidas de seguridad en torno al Congreso Nacional fueron reforzadas la mañana de este jueves en prevención a posibles desórdenes por parte de grupos populares, políticos y sociales que anunciaron manifestaciones en contra de la aprobación de un nuevo paquete de impuestos, mediante los cuales el Gobierno persigue recaudar unos RD$46 mil millones.
La vigilancia en los alrededores de las cámaras legislativas fue fortalecida con una cantidad mucho mayor de lo acostumbrado de agentes policiales, de los denominados cascos negros y topos, de la unidad Swat, de la Policía Nacional.
También forman parte un gran número de mujeres policías dispuestas para controlar el paso de personas y vehículos hacia el Palacio del Congreso, donde a partir de las 10:00 de la mañana los diputados empezaron las discusiones para convertir en ley el referido proyecto financiero.
La Policía colocó barricadas metálicas en todas las calles que dan acceso al Congreso, principalmente en la avenida Jiménez Moya, que es la de mayor circulación de vehículos.
El pasado martes, al final de la jornada de discusiones que concluyó con la aprobación en primera lectura del proyecto de reforma fiscal, grupos contrarios a su implementación enfrentaron a los diputados, a quienes trataron de impedirles la salida del Congreso.
La situación obligó a que los agentes policiales dispuestos en el lugar los atacaran con bombas lacrimógenas, e incluso algunos fueron maltratados físicamente, para facilitar la retirada de los congresistas
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