lunes, 29 de octubre de 2012

Detroit decepcionó; Los Gigantes deslumbraron y fueron los campeones

Pablo Sandoval
Pablo Sandoval

Lanzadores dominantes. Bateo oportuno. Defensa impecable. Y mucho talento venezolano.
Los Gigantes de San Francisco acumularon un pesado arsenal que fulminó a los Tigres de Detroit.
Sin inmutarse al verse exigidos por primera vez en la Serie Mundial, los Gigantes se burlaron de los pronósticos en su contra y completaron el domingo una contundente barrida.
En la culminación de un octubre de ensueño, Marco Scutaro disparó otro hit clave para darle a San Francisco su segundo campeonato en tres años al vencer 4-3 a los Tigres en 10 vibrantes innings.
San Francisco sentenció la barrida de cuatro juegos gracias al sencillo remolcador de Scutaro con dos outs en la parte alta de la décima ante Phil Coke.
"Detroit no sabía lo que les esperaba. Nuestros jugadores tenían una cita con el destino", dijo el gerente de los Gigantes, Brian Sabean.
El campeonato se selló cuando Miguel Cabrera, el artillero de Detroit que ganó la Triple Corona, dejó pasar el tercer strike por todo el medio del plato ante Sergio Romo.
Luego de verse al borde del abismo en las dos rondas previas de la postemporada, en las que ganaron cinco juegos con la soga al cuello, los Gigantes salieron a liquidar a su presa sin arredrarse por el frío brutal y hasta la lluvia.
"Esta noche fue una batalla", dijo Buster Posey, el catcher de los Gigantes que bateó un jonrón. "Y creo que esta noche fue adecuada para que nosotros le pusiéramos fin, porque esos señores jugaron duro. No se detuvieron, y es un sentimiento increíble".
Este título de San Francisco se cocinó con los ingredientes fundamentales de buen pitcheo, hits que caen en los momentos decisivos y una defensa hermética.
También incluyó el condimento venezolano de Scutaro, Pablo Sandoval y Gregor Blanco, tres piezas vitales en los cuatro partidos.
Sandoval, quien bateó tres jonrones en el primer juego, se erigió como el primer venezolano en ser galardonado como el Jugador Más Valioso de una serie en la que redondeó promedio de .500 con ocho hits en 16 turnos.
"Aquí estoy viendo el resultado, nunca me di por vencido", dijo Sandoval. "Estoy viendo el resultado de mucho sacrificio. Esto es algo que nunca voy a olvidar.
Sandoval fue suplente en la campaña por el título de 2010, luego de una floja temporada. Se redimió estos dos últimos años. "Uno aprende de las cosas malas y las guardas para esperar el mejor momento para hacerlo de nuevo", afirmó.
Posey puso en ventaja a los Gigantes 3-2 con su jonrón de dos carreras en el sexto, pero Delmon Young replicó con un vuelacercas solitario en la parte baja.
Como siempre, San Francisco golpeó primero con un triple remolcador de Brandon Belt en el segundo inning. Detroit se ilusionó cuando Cabrera adelantó a los Tigres con un cuadrangular de dos anotaciones por el jardín derecho en el tercero.
Pero los Gigantes nunca dejaron de apretar.
La carrera de la victoria de San Francisco se gestó con un sencillo al derecho de Ryan Theriot ante Coke para abrir el décimo. Brandon Crawford se sacrificó para que Theriot avanzara a la intermedia y luego Angel Pagán se ponchó.
Scutaro, quien el martes cumple 37 años, empalmó un sencillo a lo corto del central y Theriot se deslizó en el plato para llegar primero que el tiro del jardinero Austin Jackson.
"Si ustedes me hubiesen dicho en julio antes que me cambiaran que iba a ser campeón mundial, no lo hubiese creído", declaró Scutaro, quien llegó al equipo tras un canje con los Rockies de Colorado y fue la bujía dentro del empuje que les permitió ganar el título de la división Oeste, y luego fue el Más Valioso en la serie de campeonato de la Liga Nacional.
Romo sacó por la vía del ponche a los tres últimos bateadores y la celebración comenzó en el montículo.
"No pudimos encontrar el juego de nosotros. No sabíamos hacer los buenos rallies y hacer las carreras. Se nos fue la confianza completamente. Ahí estuvo la diferencia de la serie", dijo Cabrera.
Los Gigantes concluyeron el mes con siete triunfos consecutivos y su séptimo campeonato en la Serie Mundial en su historia, al tiempo que les propinaron a los Tigres su séptima derrota seguida en el Clásico de Otoño desde 2006.
"Es obvio, no hay ninguna duda. Nos barrieron", reconoció el manager de los Tigres, Jim Leyland. "Ciertamente que no hubo instantes de mala suerte, ni golpes de buena fortuna".
"Es sencillo, jugaron mejor que nosotros", sentenció.
Luego que los tres previos abridores -- Barry Zito, Madison Bumgarner y Ryan Vogelsong -- toleraron un carrera o ninguna en los tres primeros juegos, Cain permitió tres anotaciones y cinco hits en siete entradas, con cinco ponches y dos boletos. Max Scherzer, su contraparte de Detroit, recibió tres carreras y seis hits, con ocho ponches y un boleto.
El resto fue un duelo de relevistas, en el que los Gigantes dominaron. Fue la culminación de una impresionante tarea de sus lanzadores, que redondearon efectividad de 1.42 y contuvieron a los Tigres a un magro promedio de .159.
"No pudimos ganar ni siquiera un jueguito", se lamentó el relevista de los Tigres Octavio Dotel.
Y un dato: este es el tercer año seguido que un equipo de la Nacional se corona campeón, algo que no había ocurrido en 30 años.
Por los Gigantes, el puertorriqueño Pagán de 5-0. Los venezolanos Scutaro de 4-2, con una anotada y una remolcada, Sandoval de 5-1 y Blanco de 4-1.
Por los Tigres, los venezolanos Cabrera de 4-1, con una anotada y dos producidas y Omar Infante de 3-1. El dominicano Jhonny Peralta de 4-0.
El Más Valioso
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Pablo Sandoval estaba empapado por la champaña y cargaba orgulloso el trofeo al Jugador Más Valioso de la Serie Mundial.
El toletero con el apodo más pegajoso de las Grandes Ligas --"Kung Fu Panda"-- tuvo que responder la pregunta de siempre.
"Oiga Panda, ¿te seguirán mortificando con lo de gordo?", se le inquirió. "¡Que digan ahora lo que quieran!", respondió el tercera base venezolano de los Gigantes de San Francisco.
Sandoval se llevó a casa el trofeo después de la barrida que los Gigantes le propinaron a Detroit, en la que él sumó .500 de porcentaje con tres jonrones, un doble y cuatro carreras producidas en 16 turnos al bate.
Este Panda hace daño con el madero, no con un palo de bambú.
Sandoval le dio a los Gigantes un magnífico arranque al batear tres jonrones en el primer partido frente a los Tigres, convirtiéndose en apenas el cuarto jugador en la historia en lograr esa hazaña en un partido de Serie Mundial, emulando a Babe Ruth, Reggie Jackson y Albert Pujols.
Debutó en las Grandes Ligas con los Gigantes el 14 de agosto de 2008, y tan sólo un mes después ya le habían puesto su apodo.
Ese 19 de septiembre en el Dodger Stadium, Sandoval anotó desde la segunda base impulsado por un sencillo de Bengie Molina en el primer inning ante Greg Maddux, al tiempo que daba un salto hacia un costado para evadir al catcher Danny Ardoin, que intentaba tocarlo tras recibir el tiro que le mandó el jardinero central Matt Kemp.
Maddux y el manager Joe Torre de los Dodgers argumentaron que Sandoval había avanzado por fuera del corredor que conduce al plato. Barry Zito, en el montículo para los Gigantes esa noche, acuñó el apodo para el venezolano debido a su personalidad sobresaliente y figura rechoncha. La cinta de dibujos animados "Kung Fu Panda" había sido estrenada en junio de ese año.
"El Panda tiene poderes especiales", dijo Zito en medio del festejo con champaña. "Había visto la película y pensé que teníamos a un jugador que no lucía muy atlético y luego salía al juego y te dejaba maravillado con su capacidad. Es uno de los mejores peloteros en las Grandes Ligas".
Sandoval registró promedio de .330 en la campaña de 2009 para quedar segundo por el título de bateo de la Liga Nacional. Pero al año siguiente el porcentaje se desplomó a .268 y fue relegado a la banca. Apenas disputó tres juegos dentro de una postemporada en la que los Gigantes se coronaron campeones.
El equipo le ordenó bajar de peso y Sandoval respondió sometiéndose a un régimen de acondicionamiento físico que incluyó correr hasta el cansancio en Arizona.
Logró redimirse en los últimos dos años, en los que fue seleccionado al Juego de Estrellas.
"Las cosas que he logrado este año se deben a mucha constancia y perseverancia", dijo Sandoval, quien bateó para .369 esta postemporada con cinco dobles, seis jonrones y 13 remolcadas. Fue un giro total con respecto al pálido .176 y dos empujadas hace dos años.
"Aquí estoy viendo el resultado, nunca me di por vencido. Estoy viendo el resultado de todas las cosas buenas", afirmó Sandoval. "Uno aprende de las cosas malas y las guardas para esperar el mejor momento para hacerlo de nuevo".

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